Desde que naciste tus padres te enseñaron el uso de la escopeta,
desde que eras crío empezaste ya, matando pequeños pájaros.
Tu cabecita loca poco a poco fue aprendiendo,
haciéndose cruel y haciéndote violento,
disfrutando al cien por cien de los gemidos y lamentos,
disfrutando al cien por cien del sufrimiento ajeno.
Ha pasado el tiempo y has logrado convertirte en un asesino,
siempre matando animales protegidos en terrenos prohibidos,
razas en peligro de extinción acosadas por tus armas,
sucias trampas y perros amaestrados acechando en la noche.
Ya no respetas nada, el dinero es lo que manda
y la naturaleza clama venganza.
¡Muerte al asesino, muerte al cazador furtivo!